LA SEMANA SANTA

¿QUÉ ES LA SEMANA SANTA Y CÓMO VIVIRLA MEJOR?
Es una semana especial en la que los cristianos tenemos la posibilidad de revivir una, vez más, el Misterio Pascual de Cristo: misterio de dolor, de cruz , de luz y de esperanza.
En ella y desde ella podemos intentar acercarnos a ese “Dios que entregó a su Hijo para salvarnos”.


En esa Semana se juega nuestra identidad de cristianos. Nos sorprenderemos cuando descubramos que nosotros mismos quedamos involucrados en los misterios que se celebran en la “semana mayor de la cristiandad”.
Sólo desde el silencio, la oración, la contemplación y vivencia de las celebraciones, podremos valorar y vivir la grandeza de la misericordia de Dios que siempre es Padre. Detrás de este Misterio de amor podremos encontrar lo que Dios quiere mostrarnos para nuestra fe y para nuestra vida. Ojalá podamos en estos días de gracia tocar con nuestras manos el corazón del Padre y dejarnos tocar por sus manos para seguir, hoy y siempre, por la fuerza del Espíritu, el camino de Jesús.

DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR
Conmemoramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, aclamado con palmas y ramos como Rey.
Con este día que es el resumen anticipado del Triduo Pascual (jueves – viernes – sábado) comienza la Semana Santa. Es la puerta por la que entramos a la Semana Santa. Por eso la celebración tiene algo del clima de la pascua y algo de tristeza y dolor.
La celebración tiene 3 momentos:

  • La bendición de los ramos y el anuncio de la entrada de Jesús a Jerusalén.
  • La procesión hacia la Iglesia (que recrea y actualiza esa entrada). El Sacerdote primero, el pueblo lo sigue.
  • La celebración de la Misa con la proclamación de la Pasión
    La primera parte presenta una actitud de aclamación por parte del pueblo hacia Jesús como rey. Luego un proceso ascendente hacia el abandono, la traición, la soledad y la muerte de Jesús en la cruz.
    PD: Para nosotros que somos cristianos, el caminar tiene un sentido muy fuerte y vital. Representa nuestro caminar por la vida. Los cristianos tenemos un rumbo y una meta que nos señala el mismo Jesús con su vida. Y Cristo nos abre la puerta del templo, para que nos encontremos con la misericordia del Padre.
    Si con los ramos aclamamos a Jesús como Rey de nuestras vidas, tenemos que seguirlo hasta la cruz (que se revive en la Misa).

JUEVES SANTO – MISA DE LA CENA DEL SEÑOR –
Celebramos la “Última Cena de Jesús”. Jesús poco antes de morir se reunió con los doce apóstoles para dejarle lo esencial de su mensaje de salvación.
Esa tarde nos dejó 3 grandes dones que permanecen para siempre:La Eucaristía: memorial de su muerte y resurrección. Es el gran signo de la “Alianza” de Dios con su pueblo.

El sacerdocio ministerial: “Hagan esto en memoria mía”. Ahí estaba ordenando a los primeros sacerdotes cuya misión es hacer presente a Jesús por la Palabra y los Sacramentos.

El mandamiento nuevo del amor: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”. El gesto que expresa este “oficio de amor” es el lavatorio de los pies. (Jn. 13, 1-15)
La misa tiene dos ritos particulares:

El lavatorio de los pies: el sacerdote lava los pies a “12 apóstoles” como lo hizo Jesús.
Al final de la misa, las hostias consagradas son llevadas al “monumento” lugar que conmemora el huerto de los olivos donde Jesús espera, con dolor y tristeza, ser entregado por Judas (y por nosotros).

VIERNES SANTO – CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR –
Es el día en que Jesús es juzgado, condenado a muerte… día en que Jesús muere en la cruz. Día en que acompañamos a Jesús en su dolor, su soledad y muerte. Día de tristeza… y al mismo tiempo de esperanza.
Este clima está marcado por el ayuno (privarse de algo en la comida) y la abstinencia (no comer carne o privarse de alguna bebida con alcohol…) como ofrecimiento al Señor que sube a la cruz.
El viernes y el sábado santo son los dos únicos días en el año en que no se celebra la misa.
La celebración tiene una introducción y tres momentos:

Postración: Los celebrantes entran al templo en silencio y al llegar al altar se postran, en señal de humildad, de penitencia, frente al misterio de la cruz. Nosotros los acompañamos de rodillas.

Liturgia de la Palabra: Nos ayudan las lecturas a entender un poco más el misterio que celebramos. Se leen Is, 52, 13 – 53, 12; el salmo 30 y la Pasión según san Juan.

Adoración de la Cruz: la cruz cubierta se acerca al altar y se la destapa para que la contemplemos. El mirar la cruz nos ayuda a descubrir no sólo el dolor físico de Jesús sino también el dolor moral y el amor infinito de Dios, hasta la muerte de su Hijo. Los cristianos nos acercamos a adorar la cruz, haciendo la genuflexión delante de ella y besando este gran signo del amor de Dios.

Comunión: Recibir a Jesús nos indica que la cruz no es el final sino que por la Pascua de Cristo, Él vive para siempre.

SÁBADO SANTO
Durante este día la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, su descenso a los infiernos y esperando, en la oración su resurrección.
Es un día de silencio profundo. Es un día para meditar, rezar, contemplar y esperar. En este día tampoco se celebra la misa. En algunas Iglesias se reza la “Liturgia de las Horas”. Mediante la oración con los salmos nos prepararnos mejor, en la esperanza, para la Resurrección con Jesús.


VIGILIA PASCUAL
Es la gran celebración de la Pascua. El silencio del sábado (como en el dolor de nuestras vidas) hace pensar a los cristianos que algo va a pasar. Que Dios no puede quedarse silencioso ante la cruz. La Iglesia espera que Dios “pase” (Pascua) en su Hijo Resucitado, por el corazón de los hombres dándonos nuevas fuerzas, nueva luz. Por eso es la celebración central de todo el año cristiano
Así el acontecimiento de la Pascua de Jesús, de su resurrección se hace cercano a cada uno de nosotros. El Espíritu Santo misteriosamente renueva en nosotros el “paso” de la muerte a la vida. Se realiza en el corazón de los hombres una nueva creación.

Momentos:

  • Liturgia de la luz: Silencio y oscuridad que recuerdan el caos inicial antes de la creación, el pecado del hombre, y a Jesús en el sepulcro. El fuego irrumpe con su luz y calor. Cristo resucitado es ese fuego nuevo. ¡Demos gracias a Dios! Y se canta el Pregón Pascual: Jesús resucitado disipa las tinieblas de nuestras vidas.
  • Liturgia de la Palabra: en esta noche estamos invitados a recuperar el oído del corazón para que la palabra de Dios resuene de una manera nueva. Se leen 5 lecturas con sus salmos que nos van relatando la obra salvadora de Dios a lo largo de la historia de la salvación. Esto Jesús también lo realiza hoy en su Iglesia. Por eso a partir de este día se retoma el canto del Aleluya antes del Evangelio (Buena Noticia)
  • Liturgia Bautismal: el agua es el gran signo de la vida nueva de Cristo resucitado. Los Bautizados renovamos nuestros compromisos que hicimos o que hicieron por nosotros nuestros padres y padrinos en el día de nuestro bautismo. Se realiza con los cirios encendidos, en señal de nuestro deseo de ser siempre luz para los demás así como lo es Cristo para nosotros.
  • Liturgia de la Eucaristía: Continúa la misa como de costumbre.
     … ¿QUÉ SIGUE?
    Recordar siempre (y revivir en la oración personal y cada domingo en la Eucaristía) el triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte
    Vivir como hijos de la luz, como verdaderos cristianos, como verdaderos amigos de Jesús.
    Anunciar con nuestra Palabra y con nuestra Vida, como apóstoles, que somos hermanos y que somos hijos de un mismo Padre que nos ama para siempre.
    Jesús en su Palabra, nos muestra el camino por el que, como cristianos, tenemos que transitar:
    “Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
    “Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo del cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.”

Una respuesta a «LA SEMANA SANTA»

  1. Gracias Liso por este simple y clara explicación… me ayuda a “recordar” la importancia de vivir la Pascua …. con la tristeza y dolor q vivió Maria con su hijo Jesús, pero con la renovación de la esperanza de su resurrección!!!
    Gracias, Gracias, Gracias
    Abrazo… Laura

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