La Tradición de la Ofrenda a Santa Clara

Santa Clara, “patrona popular” del buen tiempo Clara de Asís es una santa muy carismática, casi mítica, que ha llegado a nuestros días como la figura femenina más representativa de la vida contemplativa medieval. Nació en Asís (Italia) en 1193, en el palacio paterno de Favarone.


Clara siguió los pasos de su conciudadano Francisco de Asís, a quien había oído predicar cuando ella tenía dieciséis años. Dos años después huyó de su casa y renunció a los privilegios que le ofrecía su preclaro linaje, sus riquezas y su gran belleza. Eligió el penoso camino de la pobreza, con la ilusión de conseguir un mundo mejor, bajo el lema emblemático de Paz y bien. Hizo vender la legítima herencia de sus padres cuyo importe repartió entre los necesitados. En 1212 fundó la Orden de Clarisas o Damas pobres, bajo la regla y estatutos de San Francisco y fue la primera mujer que creó una regla monástica en la Edad Media.


El 11 de agosto de 1253 murió, el Papa Inocencio IV asistió a sus funerales y dos años después, Alejandro IV la canonizó.
Santa Clara es la patrona de los fareros, los pescadores y de los navegantes. Más recientemente, Pío XII la hizo también patrona de la televisión. Santa Clara es la protectora de la paz en el matrimonio, en la familia, y se ha asociado su nombre al «tiempo claro».

Santa Clara está muy metida en la entraña del pueblo, quien la considera patrona del buen tiempo. Es un patronazgo folclórico, por sus típicas ofrendas de huevos, cuyo origen se desconoce.


Un intento de explicación de estas ofrendas a Santa Clara es la siguiente; los huevos representan la nueva vida, lo que se está gestando. Antiguamente, las bodas se celebraban fuera de la iglesia, al aire libre, en el atrio del edificio, por lo que contar con tiempo grato era muy deseable. Pensando y teniendo en cuenta todos los preparativos de la fiesta se buscaba por sobre todo que ese día los novios gocen de paz, para que esa familia que se está gestando tenga su comienzo en paz. Siendo santa Clara la patrona de la paz, los novios, eran quienes se encargaban de llevar la docena de huevos al monasterio de clarisas franciscanas más cercano y encargar a las religiosas que pidieran expresamente a Santa Clara la gracia del buen tiempo, sin lluvia, en el día de su matrimonio.

En estos tiempos, la tradición de llevar huevos a un monasterio de Clarisas o Parroquia con la advocación de Santa Clara antes de una boda se ha popularizado. La mayoría de las novias que se casan por la Iglesia así lo hacen y empiezan a hacerlo también quienes contraen matrimonio civil.
La ofrenda que los novios traen puede ser una sola docena, dos o más, o lo que cada uno considere. Las clarisas utilizan esas ofrendas para cocinar en los conventos y dar a los pobres.

En la actualidad las ofrendas que llegan a esta parroquia se llevan al seminario donde se forman los futuros sacerdotes y se les pide que recen por los novios y también Caritas Parroquial los distribuye entre los asistidos, hogares de niños y comedores.
Muchos han revitalizado en los últimos años esta costumbre, haciendo llegar a los conventos/parroquias clarisas franciscanas huevos y limosnas, no sólo para bodas, sino para cualquier festejo, viaje o celebración, que pueda resultar deslucido o malogrado por la presencia del mal tiempo.

Vivimos en un mundo falto de religiosidad, pero se practican una serie de mitos ambiguamente religiosos, casi siempre con regocijo y un cierto aroma exótico. Sabemos que nosotros nunca podríamos conseguir un tiempo espléndido de forma natural para una fecha o fechas determinadas y recurrimos a esta tradición popular, profana y religiosa a la vez, como el único recurso disponible. Ocurre que las tradiciones populares de carácter religioso son más fuertes que la coherencia doctrinal y sobreviven soterradas, aflorando en las épocas de menos fe. Resurgen entonces en forma de rituales que hoy nos resultan poco razonables, incluso supersticiosos, pero que en otro tiempo fueron prácticas comunes de la vida diaria.

En esta parroquia recibimos las ofrendan de los novios, de sus familiares o de sus amigos y ofrecemos en la Santa Misa este pedido a Santa Clara prioritariamente por la paz de la nueva familia que se está gestando y en segundo lugar que el buen tiempo los acompañe

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